lunes, 5 de octubre de 2009

Pedazo de oficina libre

Foto: Harmida Rubio

Texto: Ioxeh Omar

Este es un cubículo ausente y descarado. Totalmente auténtico para sí mismo. Con poco trabajo sobre el escritorio. Esquinado en una habitación; rodeado por el retrato de Fidel Herrera Beltrán, dos archiveros viejos, el cadáver de un CPU, unas cajas que ya no cupieron en otro lado, una ventana sellada con ladrillos y un mapa en relieve de Veracruz resquebrajándose. Tiene azules agradables y una silla humildemente cómoda.

Es un espacio, en esta dependencia, donde no se está en el mismo lugar que en el resto de los cubículos. Le regaló su calendario al escritorio de alado, por que no le gusta saber cuándo está. Tiene cuatro recados, con frases impresas en letra setenta y dos, para sus visitantes: “Ahogate de amor”, “La experiencia del SILENCIO es el SER”, “Relájate, eso va a llevarte a tu verdadero potencial” y “Empanadas: 2281 592546”.

Nunca ve el sol, pero lo conoce. No trabaja para lo que le pagan, solo está. Se reconcilió consigo misma y con la idea de formar parte del Sistema que la mantiene. Sabe que existe, es conciencia, un templo budista, un árbol que da sombra escondido entre la burocracia.

Su computadora es la fuente de su conocimiento. De donde emergen sus recados y proyectos, su ego: entre el Word, el msn, el facebook y el youtube. Es la parte de sí que mantiene a este cubículo entre los mortales. El ultimo peldaño a conquistar. En cuando se apaga la computadora, desde las 19:00 horas hasta las 9:00 horas de la mañana siguiente, en este lugar se puede sentir el eco de la libertad.

Cuando el artífice que le dio alma a este pedazo de oficina se vaya de aquí, este lugar encontrará el Nirvana y morirá disuelto entre disposiciones oficiales, comisiones, muebles, personal, remodelaciones y otros fenómenos cíclicos de su ecosistema normativo.

1 comentario:

  1. El texto me recuerda al cuento Nor-Noreste de Borges donde cuenta la historia de una novela escrita de la descripción meticulosa de la esquina de un escritorio ubicado en esa dirección de la brújula. Una pregunta, ¿el cubículo sabe que existe o existe porque le dio alma el artífice? porque si sabe, por sí mismo de su existencia, ¿morirá de tristeza cuando el artífice abandone la oficina o porque ya no habrá quien le otorgue un alma? Saludos

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