jueves, 19 de noviembre de 2009

Narrar como habitar

Foto y texto: Harmida Rubio
Narrar es un oficio inquieto y antiguo, como las ciudades. El contar la vida, la pasada o la posible es una forma de catarsis, una reflexión sobre el ayer, una invocación, un puente hacia el futuro. Al narrar se recuenta y se construye. En torno al narrador (el juglar, el filósofo, el artista, el poeta), la sociedad se congrega en un espacio público a imaginar historias, a pensarlas, a crear las propias.

A través de narraciones vamos viviendo las distintas etapas de la vida. Cuando somos niños nos dirigen al espacio de los sueños con historias, y son éstas las que nos llevamos en la mente no sólo al dormirnos, sino en la vigilia y durante toda nuestra vida.
Cuando crecemos, ya no nos conformamos con que nos cuenten, necesitamos ser ahora nosotros quienes inventemos lo que pasa. Nos volvemos protagonistas y nos hacemos adictos a las anécdotas.
Los griegos pensaban que las cosas ocurrían solo para que los humanos pudieran contarlas. Así es, necesitamos reconocernos en nuestras mentes, en nuestros espacios, voltear atrás, rememorar y conmemorar. Acordarnos en conjunto de las experiencias propias y las de grupo. Finalmente la palabra “contar” tiene inmersos dos significados: el de narrar, pero también el de enumerar, el de pensar y calcular.

Así, las sociedades también se construyen de historias. Los imaginarios en los cuales están soportadas las mantienen unidas, cohesionadas en un mismo espacio al pasar del tiempo. La historia, las tradiciones, las promesas de campaña, las añoranzas, la idea de prosperidad, son narraciones que generan acciones en lo individual y en lo colectivo.
Nos alimentamos de narraciones: la religión, la ciencia, la creación artística, la filosofía, cada una de ellas se expone al mundo también a través de historias. Sin embargo, las historias dependen mucho de sus personajes, pero también de sus escenarios. Julio Sánchez Juárez, revolucionario en la enseñanza de la arquitectura en el Estado de Veracruz decía “la arquitectura es el escenario para la vida”; y tenía toda la razón. Dependiendo de las calles, los árboles, las luces, los tugurios, los parques, las casas, las azoteas; las historias serán distintas. Así también lo afirma Enrique Vargas, creador del Teatro de los Sentidos: “Se podría decir que la ciudad en que vivimos es nuestra coprotagonista, nuestra pareja de baile. ¿Sería yo el mismo si tuviera que bailar con Londres, con Sao Paulo, con Nairobi o con Bogotá?…lo que hace posible a una ciudad, lo que le da forma no es su estructura visible sino la invisible, la creada por los hilos que los habitantes de la ciudad tejen entre sí, consigo mismos, con su entorno y con sus mitos de origen.”

sábado, 7 de noviembre de 2009

Tamés: Lunes de muertos

Aunque un poco atrasada la publicación, aquí los dejo con las siempre gratas ilustraciones del arquitecto Jorge Tamés.
Colombia


Bolivia

Argentina

jueves, 5 de noviembre de 2009

Ejercicio 5: Sigue el camino

Foto: Harmida Rubio


Después de una pequeña ausencia, regresamos con otro ejercicio. Ahora se trata de ponernos en movimiento en la ciudad, y de poner en movimiento nuestra creatividad.
Se trata de seguir algo, alguien, o nada... ir caminando por la ciudad y de repente seguir un muro largo, irlo viendo con todos sus detalles, y esperar a ver qué pasa cuando se acabe. Seguir una calle, seguir un coche, un grupo de hormigas, unos patos, la luna cuando vamos en el camión, los zapatos de otros, algun sonido, los pájaros del parque...hasta alguna persona desconocida (claro que sin convertirnos en acosadores).

En ese itinerario de nuestro "seguimiento", seguramente pasarán cosas, o por lo menos nos quedará alguna reflexión que se pueda convertir en texto. A veces perderse en la ciudad deja muchas historias, pero ya queda a decisión de cada quien.

Suerte con sus "seguimientos" y esperamos sus historias. ¡A escribir!

viernes, 23 de octubre de 2009

Aviso a todos los inquilinos...


Texto y foto por: Selim Castro


Lasví, unpardebolsasdeplásticopeleando, completamenteenervadas. Seayudabanconsusasasparadesplazarseporelpisodelacocina. Consusbocassemordían, siesqueestapalabrapuedeaplicarsealcaso. Searrancabanjironesquevolabanporlacocina. Soloseescuchabaelruidodelplásticoestrujado, comocuandosebuscaalgoenellas. Lesgritéytratandodeapartarlasuname“mordió”. Finalmenteseparadaslasarrojéalcubodebasura. Noandendescalzosenlacocina, hayunpocodesangre.

jueves, 22 de octubre de 2009

Abismos ajenos...

Foto: M'jaïl (flickr)


Texto Por: Tuky Mario Vettoretti


De aquí soy; del abismo que lleva al alma.
Soy del lugar en el que el humo se queda en pausa
y donde se materializa el amor.

- ?se que?
- Se materializa el amor.
- Eso es importante.

Soy del lugar en donde se escuchan los silencios,
en donde se encierran las palabras
y luego se liberan en negras babas.

- o azules o rojas (las babas)
… con rojo es grosería.

Soy de aquí, donde se mama tan bien el sexo,
donde se vive libre y se otorga redención.

Soy del lugar que a;oro y del cobijo de tus pensamientos,
de la sutil esquina en la que me quedo de tus labios,
de tu mar inmenso en que me empapo de bondad.

Soy del hueco que te representa,
por donde pasan arrasando tus suspiros a la voz de un solo grito
que no cesa por dolor.

- ¿y cuando te cosan los labios y tu badajo lo hagan vientre?
- A libertarnos vengan nuevas voces y nos bañen de su sed.
- ¿que nos conviden de su sed?
- Y que se haga de ella una sola.
Y sea parte de todos los sufrimientos humanos.
Y liberte la añoranza por envidia a la negación.

Es en abismos ajenos donde te cuido, donde te gesto.
Es en abismos ajenos, donde tu voz se hace mía también.


o... Desde tu boca

martes, 20 de octubre de 2009

Ejercicio 4: Tu historia en corto

Fotograma del cortometraje "Medianeras" de Gustavo Taretto


Este es uno de los retos más grandes pero divertidos dentro del taller. Se trata de hacer un guión cinematográfico para un cortometraje.
Obviamente el guión debe ser de una historia de creación propia, que puede ser alguna basada en los ejercicios anteriores, una guardada por ahí, o directamente una nueva.
Explico a grandes rasgos la estructura de un guión cinematográfico:


Descripción por escenas:
Número de la escena. Interior/exterior. Lugar. Momento de la escena.
Descripción de la escena incluyendo caracterísitcas del espacio, de la situación y de los personajes.
En estas líneas no puede usarse la frase "se ve", más bien hay que describir directamente las cosas y las situaciones, porque es evidente que se verá en pantalla. Tampoco es válido describir los lugares ni las personas de manera abstracta "se le nota triste" o "es una calle melancólica". Hay que tratar de dar esas ideas con el uso secuencial de imágenes.

Ejemplo:
ESCENA 1: Interior. Casa. Noche.
Llueve afuera. La casa es grande, descuidada, hay pintura despegada en algunas zonas de los muros, en las que se alcanzan a ver los tabiques que hay detrás. En el techo resquebrajado, como dos grandes firmas, están dos grietas muy profundas, como brazos de árbol.


Introduccion de personajes:
Cuando un personaje nuevo entra a escena; es decir, uno que no ha aparecido antes en la narración; su nombre se pone en mayúsculas. Las veces posteriores que se le mencione ya será en mayúsculas y minúsculas. Si los personajes no tienen nombre, pueden denominarse Ël, Élla, Eso.
ESCENA 7: Interior. Sala, Noche:
Un relámpago aparece en la ventana. Sigue lloviendo intensamente. Unos zapatos negros lustrosos y pequeños se acercan a la cubeta, se paran a un lado de ella cautelosamente. Unas manos también pequeñas toman el borde de la cubeta para moverla unos dos centímetros. El blues ahora toma nitidez. ENRIQUE, un chico de menos de un metro de altura, con el pelo larguísimo, tiene la cara enrojecida y los ojos encendidos, presiona fuerte los labios, éstos empiezan a temblar, hasta que hace salir un grito de desesperación.


Diálogos:
Las palabras dichas en voz alta o en voz en off por los personajes o el narrador, se pondrán al centro de la página, con alineación centrada también.


ENRIQUE:
¡Yo no sé qué se piensa ese! ¡Es bien sabido que aquí no puede entrar cualquiera!


¿Cómo manejar el cambio de escenas?
La escena es otra cuando cambia el contexto (espacio) y/o la situción (tiempo). Pudiendo haber escenas que se desarrollen en un mismo lugar pero que en ellas se perciba el cambio del día a la noche; y pudiendo haber escenas en las que los personajes caminen de un espacio a otro pero con una continuidad de la situación.
Es decir, cuando sea necesario para la narración cambiar de situación y/o de espacio; se abrirá otra escena.
Pues en términos generales esa es la estructura técnica de un guión LITERARIO, para cortometraje. Aclaramos que es el guión literario, ya que el guión técnico especifica movimientos de cámara y tipos de tomas, y no es el fin de este ejercicio.

Pues ¡a crear tu historia en corto y que te diviertas!

lunes, 19 de octubre de 2009

Tamés: Otros infinitos



Texto e ilustraciones: Arq. Jorge Tamés y Batta

miércoles, 14 de octubre de 2009

Negra, la noche y tu olor

“Me escapé por la ventana y me crucé con los malditos.
Albañiles lagrimales, bomberos sentimentales.
Putas sicoanalistas, ternura de criminales.”
Milonga de los Perros , La Chicana Tango.
Por: Braulio M. Aguilar Orihuela.
Esta noche, su olor atraviesa hasta la más espesa de las conciencias. Como esperando una cita tardía, llegaba noche tras noche vestida de negro, a veces larga y esbelta otras lucía más robusta y pesada. Desde las ventanas de las habitaciones del hotel, la veo recargarse en el poste de luz, tan oscura como la noche, y se queda en vela; escondiendo algo, escondiéndose de alguien, escapándose de algún lugar. La gracia no le sonríe.
En una ocasión fui testigo, calles más abajo, cómo sacaban a un par de borrachos de una cantina. “¡Cabrón, yo no hice nada!” (mientras manoteaba el borrachín al aire como quitándose las sogas que lo sujetaban). “Fue el puto de allá que le agarró la pierna…” (alegaba el que se veía menos ebrio). “Los dos para afuera” (los empujó el cantinero con una escolta de dos monstruos con picos y colmillos). Salieron trastabillando pero el godo, con barba raída escurrida por el mismo líquido que marcaba su chamarra, intentó entrar de nuevo a la cantina. “¡Córrele, cabrón!” (jalando a su compañero al ser perseguidos por las bestias de la cantina armados con machetes). Minutos después, la botaron a ella también. Sin compasión, cual saco de desechos. Horas más tarde salió el travesti. Caminó desenfadado frente a ella, con la pesada calma de la indiferencia. Ella seguía en su poste, arrumbada, guardando la despedida en los olvidos cotidianos. No la soportaban ni en su casa.
Me ha tocado ver que muy de noche, cuando sólo el silencio es testigo, la sacan arrastrando de alguno de los departamentos del edificio de enfrente. Esta noche, una joven, de holgados pants como pijama y larga playera para descansar, esperó la soledad de la avenida desde su ventana para sacarla. La veía cuando se asomaba cada diez minutos hasta que dieron más de las doce. La veía esforzándose para hacer el menos escándalo posible. La veía batallando con la bolsa negra. Finalmente, atravesó el camellón de la avenida y llegó a la esquina el hotel. Lanzó un suspiro, de agotamiento y alivio. “Lo siento mucho…”. Apenas se logró escuchar cuando se apagó la frase con el sello de las lágrimas. Terminó de acomodar la bolsa de basura en el poste de madera. Ella acomodó los cuerpos en el interior de su vestido negro. La joven de pants regresó corriendo al edificio de enfrente. Mi naturaleza de espectador me limitó a contar el relato, sin participar en esclarecerlo; guardarlo en mis habitaciones y que en susurros llegue a través de la cama a alojarse en los sueños de algún huésped que al terminar lo hiciera cuento.
Los perros fueron los primeros en detectar el fétido olor. Se alejaron instintivamente, también. Los gatos cantaban plegarias a la luna que parecían melodías de manicomio. Las ratas fueron las primeras en llegar al lugar. Inspeccionaban la zona con sus trompas, y con sus afiladas garras cateaban el interior de la bolsa. El comandante del pelotón fue el primero en lanzar el zarpazo. El sonido vacío de las latas hizo eco en la noche. Algunas ratas se alejaron, las más cercanas acecharon el contenido de la bolsa. Los perros doblegaron sus patas delanteras. Los gatos se aferraban a las techumbres. Empezó a escurrir sangre. Las ratas jefe husmearon el interior de la bolsa. Lo que caía se lo peleaba la tropa. Una lengua canina calló, haciendo rodar una botella de vidrio que contenía los restos de salsa cátsup. Todas las ventanas del hotel se cerraron. Lo último que escuché era que la perra fue envenenada con una letal dosis de chocolate en barra. La evidencia fue descubierta en sus colmillos y las envolturas debajo de sus orejas.

lunes, 12 de octubre de 2009

Ejercicio 3: ¿Nos vamos o nos quedamos?


Foto: Harmida Rubio
IAGO Oaxaca

Suguiendo con la idea de la Creación de personajes, este tercer ejercicio tiene la intención de hacer al personaje transitar y vivir en un escenario determinado, provocando que se sienta totalmente agusto en él o que lo desprecie de sobre manera.

Se trata de que, en base al personaje creado en el ejercicio 2 (o en base a cualquier otro personaje, no tiene que ser ese); se desarrolle una historia en un espacio específico, diseñado literariamente (¿ésta será la palabra adecuada?), para ese personaje especial.
Así, la situación, los otros personajes, los ambientes, pero sobre todo el espacio, harán que el personaje se apropie de una de estas dos frases:
"De aquí soy" o
"Mejor vámonos de aquí"
Obviamente estas frases son una sugerencia, pero cada creador o creadora puede decidir cambiarlas por otras, las que más le gusten o las que se le vengan en gana, a ella, él o a su personaje.
Suerte y ¡que disfruten la escritura!

Postcard/ Breve desde Chicago



Texto y foto por: Fernando Winfield Reyes


Uno se asoma a la ventana del cuarto del hotel por la mañana de un domingo. Todavía el movimiento de la ciudad llega como un murmullo, como una dinámica silenciosa y cierta.

Sobre el azul claro del cielo se recortan altos bloques de arquitectura: torres de vivienda, de oficinas o negocios que se erigen con majestuosa solidez allí en su aparente simplicidad estacionaria sobre un sitio. Torres o mejor dicho, rascacielos que en sus distintas alturas y épocas constructivas pueden leerse como un desafío a la gravedad, como una promesa erigida en la lógica más radical a favor del capital inmobiliario y financiero, como un despliegue tecnológico en constante revolución, como el agregado de un paisaje artificial posible que da sentido a un modo de vida urbano: en suma, como la hermosa posibilidad, para muchos visionarios en el tiempo, de hacer ciudad a partir del avance de la técnica a favor de la alta concentración, de la densidad.

Pero las torres o rascacielos no serían posibles sin las vías que nutren este tejido inmenso, múltiple y complejo de suelo, concreto y acero…


Chicago, 26 de Octubre de 2008
162 EAST OHIO STREET, ROOM 1203

domingo, 11 de octubre de 2009

sábado, 10 de octubre de 2009

Ejercicio 2: Pasar de objeto a personaje

Foto: Harmida Rubio



Con la intención de ir ejercitando la creación de personajes, se planteó en el taller el mismo ejercicio que aquí les expongo:

1.- Tomen un objeto cualquiera, el primero que les llame la atención de los objetos cercanos a ustedes, una pluma, un billete, un anillo, unas bocinas, una pulsera, un banco, etc. No importa la selección del objeto, sino más bien, lo que ahora van a hacer con él.

2.- Ya que hayan tomado ese objeto, colóquenlo en algun lugar inusual, desde el cual tengan una perspectiva distinta del mismo. Puede ser que lo pongan sobre un banco, en el piso, colgado de un foco, en el jardín, no lo sé, algún lugar que les dé una manera distinta de verlo.

3.- Empieza la creación: Ahora, observando el objeto, traten de describirlo como si fuera una persona, tomen sus características físicas o metafóricas y conviértanlo en un personaje. Díganle cosas o hagan una reflexión sobre él o ella, hasta pueden declararle su amor o su odio, según sea el caso. Además, intenten que el objeto convertido en personaje sea del género opuesto al de ustedes, para aumentarle dificultad, o más bien, para hacer más interesante el reto. El sitio en el que está colocado el objeto, puede ser parte de la descripción del personaje: te veo lejano, te percibo más cerca que antes, nos miras como si estuvieras arriba de todos... etc.

Aquí les dejo una muestra de este ejercicio de lo que se hizo en el taller de la Facultad de Arquitectura para que quede más claro:



¿Compromisos?
-No, gracias. Con permiso.


(al anillo, al hombre inadecuado)

Por: Rebeca Ampudia Ladrón de Guevara


Algunas veces me siento cómoda llevándote de la mano, otras, tu inflexibilidad me cansa. Estoy aburrida de tu cíclico reposo, eres por doquiera que se te mire, siempre lo mismo.

Lo supe desde un principio, no eres de la clase que tomaría por compromiso, eres simplemente, uno más con alma de piedra. Te sientes infinito, sin embargo, debes saber que comienzas y terminas.

Hoy terminas.

No puedo negar que supimos compartir los días con neutros tonos, y bastó que llegaran las noches para provocarnos en tintes cálidos y encendidos. No fue suficiente, me he agotado de verte, de tenerte.

Te lanzo lejos, lo único que me das a cambio es el sonido de tus pasos rítmicos alejándose.

Transmutación

Foto: Nandoss (de flickr)

Texto por: Rebeca Ampudia Ladrón de Guevara

Llegaba a mis tierras de vuelta de un largo viaje, años habían transcurrido desde que las había despedido. Durante la travesía había conocido diversos lugares, culturas, maneras de pensar y vivir; en un principio todo me sorprendía, luego me fui acostumbrando a aceptar las diferencias, incluso yo formaba parte de ellas.

De país en país me moví por avión, mi trabajo me lo exigía, las primeras veces me atemorizaba, luego me acostumbré y llegué a amar la sensación del despegue y del aterrizaje. No era un turista, era un viajero y me convertía en nuevo ciudadano de cada tierra que pisaba.

Como les decía, el día que regresé a mi nación, ocurrió un suceso inaudito que con el paso del tiempo he ido olvidando, día con día un recuerdo más de la transformación se escapa y se pierde; pero haré el intento por platicarles lo más que recuerde de esta extraña aventura en la que aún transito.

Aquel día lejano la aeronave de pasajeros en la que viajaba aterrizó sin percances, avanzó lenta sobre sus neumáticos para encontrarse con los túneles manga que se desplegaban a su encuentro. Fuimos despedidos por la tripulación y comenzamos a transitar, cada uno con destino diferente. Algo me detuvo a pensar, desde que abordé, había notado que entre nosotros no existían niños ni gente joven; todos los pasajeros parecían cansados, al igual que yo, nuestras caras reflejaban aburrimiento, hastío, desprecio por lo cotidiano.

Observaba, sólo observaba, me imaginé en secuencia de imágenes rápidas instalándome en una ciudad, en un barrio, en una casa y finalmente en un sillón, botado ahí hasta convertirme en un ser decrépito. No lo quería. Reflexioné, extrañaría el trabajo del que había decidido retirarme, del que estaba cansado. Yo me alimentaba del movimiento, del barullo, del ruido, del roce, del contacto; ¡de la aglomeración!, ¡de la complejidad intercultural mundial!, ¡de la geografía!, ¡de los paisajes!… Comencé a temblar de angustia y miedo de solo pensarme un ser quieto. Aceleré mi paso, el temblor de mi cuerpo caminante propasaba todo lo conocido, era una sensación ajena, vibrante y arrebatadora; pensé que la demencia me había vuelto su presa. Cansado y abrumado caí, caí y seguí cayendo, rodaba en un proceso de transmutación.

Cuando desperté una fabulosa máquina a la que yo estaba conectado se hacía cargo de todos mis signos, recuerdo que me inflaba y expandía sobremanera; algunas personas me manipulaban puliéndome, revistiéndome, pintándome... Ahora mis funciones no eran dormir, comer, respirar, defecar, orinar, o incluso pensar. Por cierto, mi cabeza y cerebro fueron sustituidos por una especie de cabina, mis manos por alas, y mi cuerpo fue atravesado por ductos; mis cavidades interiores eran llenadas con pequeños seres y objetos. Mi telecomunicación era programada, me sentí grande y dominado, pero libre.

Así como ustedes, los primeros días no comprendía nada, pero poco a poco fui entendiendo: un día pude ver mi reflejo en un océano, también sobrevolé extensas cordilleras, fui tragado por enormes toboganes de corrientes de aire. Sin reparar en ello, y sobre todo sin preocupaciones, lo acepté, pasé de ser una persona a una máquina. El cambio me había llenado de vitalidad. Ahora me movía por el mundo como uno de ellos, de los que tanto me admiraba.

¿Casa?, no tenía casa, mi casa era el mundo y hacía contacto con él por medio de unas terminales en las que obtenía toda mi energía vital para continuar, justo como el primer día, en ocasiones hasta tomaba pequeños descansos en alguno de estos aeropuertos para reponerme y seguir sobrevolando.

martes, 6 de octubre de 2009

Enamoramiento embriagado


Foto: Harmida Rubio

Texto por: Braulio M. Aguilar Orihuela.

“Alguien me ha dicho que la soledad
se esconde tras tus ojos y que tu blusa
atora sentimientos que respiras”
Trátame suavemente, Gustavo Cerati.

La conocí mucho tiempo antes de que se pusiera a vender “papitas”. De noche luce radiante, a la luz del día su belleza le da paso a la sombra. La falta de pintura la hace ver muy acabada. Hace un par de años la visitaban importantes empresarios de la ciudad, políticos de todos los niveles y uno que otro burócrata que se fastidiaba de las caricias de su secretaria. Nadie quería perderse de los mimos de “la cubana”. Pero la situación ha mermado todos los bolsillos. Hasta tuvieron que deshacerse de mí porque les causaba más gastos, aunque sólo vivía de la gratitud de los visitantes. Me ofrecí de portero, mayordomo, agente de seguridad pero nadie se salvó del recorte. Todo era para que “la cubana” siguiera en el negocio.

Cada noche se peina con largas luces de neón; juegos luminosos que hipnotizan a los clientes. Vestidos de lentejuelas cual espejos rotos donde las máscaras parecen ojos; hilarante silueta dibujada en sueños de cama. La admiraba desde mi sencillo puesto. Enamoramiento embriagado. Historia que se recrean noche a noche. Los vicios que esconde me atraen más que su cuerpo.

Tenía un par de cirugías: se levantó el frente para tener más espacio donde descansar y más clientes que cautivar; y se afiló la nariz para detectar a los marranos que llegaban de diferentes muladares. Aunque no se fijaba en mí, a diario dejaba una huella en mi piel. Los clientes son primero. Vienen a verla todo tipo de personas: ejecutivos que llegan en Mercedes Benz, juniors que salen de las fiestas del colegio en la camioneta de mami y pagan todo con la tarjeta de crédito de papi, el grupo de amigos que fue a ver el partido de fut y se cansaron de ver tantos hombres en el bar. Me ha tocado ver que llegan señoras o jovencitas con sus parejas o amigos, nunca solas. Algunas no se consideran lesbianas aunque disfrutan acariciar las piernas desnudas de las bailarinas mientras les dan la cortesía respectiva a los hombres de la mesa; o ayudan a quitar el sostén para acariciar los senos de una mujer que se excita al tacto de otra mujer.

Nunca faltan los que llegan con algunas copas extra, o pasados de líneas, que quieren abusar de los servicios de “la cubana”. Hay quienes llegan con navajas, otros, los menos, que ocultan la pistola en sus chamarras de cuero. En una ocasión, llegaron tres jóvenes en una camioneta de lujo, Blaizer, no llegaban ni a los 18. “La cubana” no hace excepciones, mientras traigan con qué pagar pueden entrar. Pidieron una cubeta de cervezas, se acercaron tres chicas con cuerpo de plástico y antifaz como falda. Los cuerpos se bebía al ritmo de corridos norteños. Las manos acarician fantasías. Los ojos le coquetean a la embriaguez. Tres cubetas. El más alto, pero no más grande, se levantó tambaleante de la mesa y con largos de cocodrilo acompañó a Alexa. “La cubana” le da trabajo, casa, y a veces cariño, a una veintena de chicas ambulantes que esconden los sentimientos en las noches de humo y luz. Paulina acaricia el pantalón del más joven, perdido en la cabellera de neón de “la cubana”. Sasha hace negociaciones con quien parece ser el mayor del grupo. Al fondo se escuchan gritos. “Ven pa’cá, pinche putita”. Las cortinas ondulan a la velocidad del grito. “Regresa, cabrona”. Un grito. Un disparo. Las sillas golpean con el piso. Cae Alexa. El estruendo es más fuerte que las bocinas. Dos disparos. Con el pantalón en los tobillos, el niño armado sale del privado. Los meseros se aproximan rápidamente. Todos gritan. “La cubana” calla. Los autos queman sus llantas en mi piel de gravilla. Estacionamiento vacío ¡BAM! Una escopeta. Un cuerpo sin pantalones flota en sangre. La noticia circuló por diversos medios. En los periódicos sólo mencionaron los balazos, nada de heridos ni muertos. Los clientes dejaron de llegar por varios meses. Desde entonces instalaron una máquina-despachadora de “papitas” en “la cubana”. Esta noche, las luces brillan en el vacío.

lunes, 5 de octubre de 2009

Pedazo de oficina libre

Foto: Harmida Rubio

Texto: Ioxeh Omar

Este es un cubículo ausente y descarado. Totalmente auténtico para sí mismo. Con poco trabajo sobre el escritorio. Esquinado en una habitación; rodeado por el retrato de Fidel Herrera Beltrán, dos archiveros viejos, el cadáver de un CPU, unas cajas que ya no cupieron en otro lado, una ventana sellada con ladrillos y un mapa en relieve de Veracruz resquebrajándose. Tiene azules agradables y una silla humildemente cómoda.

Es un espacio, en esta dependencia, donde no se está en el mismo lugar que en el resto de los cubículos. Le regaló su calendario al escritorio de alado, por que no le gusta saber cuándo está. Tiene cuatro recados, con frases impresas en letra setenta y dos, para sus visitantes: “Ahogate de amor”, “La experiencia del SILENCIO es el SER”, “Relájate, eso va a llevarte a tu verdadero potencial” y “Empanadas: 2281 592546”.

Nunca ve el sol, pero lo conoce. No trabaja para lo que le pagan, solo está. Se reconcilió consigo misma y con la idea de formar parte del Sistema que la mantiene. Sabe que existe, es conciencia, un templo budista, un árbol que da sombra escondido entre la burocracia.

Su computadora es la fuente de su conocimiento. De donde emergen sus recados y proyectos, su ego: entre el Word, el msn, el facebook y el youtube. Es la parte de sí que mantiene a este cubículo entre los mortales. El ultimo peldaño a conquistar. En cuando se apaga la computadora, desde las 19:00 horas hasta las 9:00 horas de la mañana siguiente, en este lugar se puede sentir el eco de la libertad.

Cuando el artífice que le dio alma a este pedazo de oficina se vaya de aquí, este lugar encontrará el Nirvana y morirá disuelto entre disposiciones oficiales, comisiones, muebles, personal, remodelaciones y otros fenómenos cíclicos de su ecosistema normativo.

domingo, 4 de octubre de 2009

Fortaleza Desnuda


Texto y foto por: Concha Benedicto (desde Barcelona)


Vacío labrado
injusto antojo del tiempo
grietas que adornan
gastado paisaje.

Blanco sangre
cal rota
cascarilla en el suelo.

Sutil roce de haz amarillo, brilla.
Escozor en sus grietas, duele.

Techo alto
ventana chica
puerta grande.

Manchas de tiempos remotos, camino.
Paredes engalanadas de trofeos, vida.

Yeso simple
mahón fuerte
madera noble.

Humildad silenciosa, espacio
sabia grandeza, alma.

Ejercicio 1: El espacio en acción

Foto: Harmida Rubio

Tratando de reflexionar hasta dónde es posible que un espacio genere una historia, y cómo podemos convertirlo en un personaje, el primer ejercicio se plantea como la unión de dos palabras: 1.- El nombre de un espacio poco común 2.-Un adjetivo activo, que se refiera a las características de algo o alguien surgidas a partir de una acción. De la suma de estas dos palabras se generará el título del texto a crear, o en su defecto, el punto de partida para el mismo.

Aquí ponemos dos listas de palabras, que exponemos al escritor internauta para que elija una de cada una y pueda crear el título de su cuento, poema, crónica o reflexión.

ESPACIOS:
Tinaco
Prisión
Metro
Calle
Asilo de ancianos
La Atlántida
Bodega
Aeropuerto
Baño
Tapanco

ADJETIVOS:
Energético
Transitorio
Automatizado
Pasmado
Amoroso
Embriagado
Hipnotizado
Fantasioso
Pesimista
Entusiasta
Si no te gusta ninguna de estas palabras, sugiere las tuyas, pero trata de que las dos que elijas no tengan mucho que ver una con la otra. Los textos que quieras publicar envíalos a: escribirarq@gmail.com

viernes, 2 de octubre de 2009

El camino andado de "escribir arquitectura"

Por: Harmida Rubio
¿Cuál es la relación entre los espacios y las palabras? ¿Existen palabras que construyen o espacios que hablan? ¿Es la arquitectura la que nos cuenta cosas y la literatura dónde habitamos?


En este jugueteo entre lo literario y lo arquitectónico, en marzo del año 2006 se inició en nuestra facultad el taller “Escribir Arquitectura”, bajo la coordinación de Fernando Winfield Reyes y una servidora, Harmida Rubio Gutiérrez; ambos arquitectos por formación pero escritores por convicción.


El taller nació de la inquietud de inventar un espacio creación, que aunque no siguiera estrictamente pautas arquitectónicas, sí nos sirviera para detonar mecanismos creativos aplicables a cualquier proyecto.


Así pues, nuestro objetivo principal fue: Hacer de la creación literaria un complemento de la creación arquitectónica y urbanística, llevarlas a la par, a fin de que los futuros arquitectos tuvieran un foro en dónde sacar las historias que llevan dentro, y que esto les sirviera para comprender, vivir y hacer arquitectura, paisaje y ciudad.
Decidimos que fuera un espacio de creación íntimo e informal, más como una forma de intercambio que como un espacio académico, es decir, un espacio totalmente lúdico, recreativo y catártico.

El trabajo del taller se llevó a grandes rasgos desde dos visiones:
De la literatura a la arquitectura.-
Creación de textos literarios en base a otros textos (cuentos, ensayos, fragmentos de novelas) que aludían los temas: espacio, arquitectura, paisaje o ciudad, o que dieron pie a la creación literaria de estos temas. Y creación de textos a partir de imágenes de espacios u objetos que nos inspiraran una historia, un poema o una reflexión.
De la arquitectura a la literatura.-
A partir del reconocimiento de una realidad arquitectónica o urbana, se generaron textos que la describían, la reproducían o la crearan. Tratando de sacarle a la arquitectura, el paisaje y la ciudad las diversas interpretaciones que se pueden tener de ellos.

Desde el 2006 el taller ha tenido otras dos apariciones en la Facultad de Arquitectura de la UV Xalapa, y una tercera con el nombre de "creando a través del cuento", donde, como el nombre lo dice, la mayor atención estaba en la creación de textos siguiendo este género literario.

Así, han surgido textos de muy buen nivel, con una excelente transmisión de sensaciones, emociones y reflexiones muy profundas acerca de la vida, del amor, de la identidad, del espacio, de la muerte y otros temas. A pesar de que ha existido siempre una asistencia muy variada en el taller, siempre un grupo de chicos y maestros entusiastas han acudido a este espacio como a una terapia personal, como a un rincón de convivencia entre amigos. Se han aplicado varios ejercicios que más que elementos didácticos, han sido meros pretextos para sacar las palabras que cada quien quiere sacar a la luz.

Ahora, el taller “Escribir Arquitectura” sigue su curso en su cuarta aparición-edición-temporada, coordinado por una servidora, pero con algunas intervenciones esporádicas de Fernando Winfield Reyes. Las sesiones son una vez por semana y la sede del taller es el salón audiovisual de la facultad de arquitectura de la UV Xalapa, aunque de vez en cuando los jardines y espacios públicos nos sirven mejor como escenario de creación.
Los esperamos a participar personalmente o virtualmente, siguiendo los ejercicios que aquí se publicarán cada semana. Suerte y ¡a escribir!