sábado, 10 de octubre de 2009

Ejercicio 2: Pasar de objeto a personaje

Foto: Harmida Rubio



Con la intención de ir ejercitando la creación de personajes, se planteó en el taller el mismo ejercicio que aquí les expongo:

1.- Tomen un objeto cualquiera, el primero que les llame la atención de los objetos cercanos a ustedes, una pluma, un billete, un anillo, unas bocinas, una pulsera, un banco, etc. No importa la selección del objeto, sino más bien, lo que ahora van a hacer con él.

2.- Ya que hayan tomado ese objeto, colóquenlo en algun lugar inusual, desde el cual tengan una perspectiva distinta del mismo. Puede ser que lo pongan sobre un banco, en el piso, colgado de un foco, en el jardín, no lo sé, algún lugar que les dé una manera distinta de verlo.

3.- Empieza la creación: Ahora, observando el objeto, traten de describirlo como si fuera una persona, tomen sus características físicas o metafóricas y conviértanlo en un personaje. Díganle cosas o hagan una reflexión sobre él o ella, hasta pueden declararle su amor o su odio, según sea el caso. Además, intenten que el objeto convertido en personaje sea del género opuesto al de ustedes, para aumentarle dificultad, o más bien, para hacer más interesante el reto. El sitio en el que está colocado el objeto, puede ser parte de la descripción del personaje: te veo lejano, te percibo más cerca que antes, nos miras como si estuvieras arriba de todos... etc.

Aquí les dejo una muestra de este ejercicio de lo que se hizo en el taller de la Facultad de Arquitectura para que quede más claro:



¿Compromisos?
-No, gracias. Con permiso.


(al anillo, al hombre inadecuado)

Por: Rebeca Ampudia Ladrón de Guevara


Algunas veces me siento cómoda llevándote de la mano, otras, tu inflexibilidad me cansa. Estoy aburrida de tu cíclico reposo, eres por doquiera que se te mire, siempre lo mismo.

Lo supe desde un principio, no eres de la clase que tomaría por compromiso, eres simplemente, uno más con alma de piedra. Te sientes infinito, sin embargo, debes saber que comienzas y terminas.

Hoy terminas.

No puedo negar que supimos compartir los días con neutros tonos, y bastó que llegaran las noches para provocarnos en tintes cálidos y encendidos. No fue suficiente, me he agotado de verte, de tenerte.

Te lanzo lejos, lo único que me das a cambio es el sonido de tus pasos rítmicos alejándose.

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